Cliff – Receptor de Corazon

Cliff Conedy nació en Los Angeles, California, en medio de 6 hermanos. Los primeros siete años de su vida se crio en un hogar cristiano, amoroso y feliz. Pero todo cambió cuando su padre murió a la edad de 45 años, y quien fue diagnosticado con cardiomiopatía hereditaria. Años después, su hermano de 49 años de edad murió por el mismo defecto cardíaco.

Cliff creció jugando fútbol, algo que le ayudó a despejar su mente con la devastadora perdida de su padre. Con los años el aprendió a amar el deporte y acabó siendo su pasión y una carrera. Después de la preparatoria, obtuvo una beca de fútbol para la Universidad de San Francisco. Pero después de la primera temporada, la Universidad terminó su programa de fútbol, y Cliff fue transferido a la UNLV. Dos años más tarde, jugó profesionalmente para Southern California Suns en Anaheim. Una vez plegada la Liga mundial de fútbol, se le concedió jugar con los Seahawks de Seattle. Desafortunadamente, Cliff sufrió una lesión en la rodilla durante la pretemporada. Regresó a Las Vegas y comenzó una nueva carrera en la industria del juego.

En 1994 su vida cambió para siempre. El padre de cuatro hijos fue diagnosticado con miocardiopatía idiopática. Fue admitido en el Hospital Sunrise, y le fue instalado un desfibrilador interno. Es entonces cuando Cliff fue añadido en lista de espera para un trasplante de corazón. Después de 14 años de terapia y medicamentos, el corazón de Cliff empezó a deteriorarse y en agosto de 2008, fue trasladado a UCLA Medical Center. Para cuando Cliff llegó al UCLA, su corazón tenía solamente el 5% de funcionalidad. Debido a que su corazón ya no funcionaba correctamente, se le instaló un dispositivo de asistencia bi-ventricular para sustentar su vida. Apenas cinco días después Cliff recibió un nuevo corazón.

Cliff se reunió con la familia de su donante en Enero del 2011 y el narra el encuentro en sus propias palabras:

Después de haber recibido mi nuevo corazón, siempre fue mi deseo conocer a la familia de mi donante. Tuve un ardiente deseo por saber todo sobre mi donante de corazón. Recibí mi nuevo corazón el 09 de septiembre del 2008. Regresé a casa a Las Vegas en Noviembre antes de acción de gracias. Ese año de acción de gracias fue extra-especial ya que tenía una segunda oportunidad en la vida y pude celebrar con todos mis hijos y nietos. Escribi una carta a mi donante, y (luchando contra las lágrimas) se la leí a mi familia. Luego, todos la firmamos y la envié a One Legacy, la organización de enlace entre la familia donante y el receptor de órgano. Después de 3 largos meses de no escuchar nada y sin saber si la familia del donante quería contactarse conmigo, recibí una llamada de One Legacy. El voluntario dijo que habían recibido una carta de la familia de mi donante y preguntó si quería recibirla. Le dije que sí! Por favor, por todos los medios. Comenzó la comunicación inicial entre nosotros.

En esa primera carta me enteré del nombre de la mamá de mi donante, Bonnie, y también me enteré que estaba casado y tenia una hija de 3 meses. Me enteré que Tony no era un donante de órganos y la familia tuvo que tomar la difícil decisión de donar sus órganos en el hospital. También supe que teníamos personalidades similares; Tony era una persona amorosa y disfrutaba de ayudar a los demás. Dado el hecho de que él y yo éramos de la misma estatura y peso y tenía el mismo tipo de sangre, Tony hizo la “combinación perfecta.”

Continuamos comunicándonos por carta durante un corto período de tiempo y luego por correo electrónico y eventualmente por teléfono. En enero de 2011, recibí una llamada de Bonnie en la que me dijo que vendrían a las Vegas para una boda y pensaban que sería el momento perfecto para conocernos. ¡Estaba tan emocionado, después de mucho tiempo esperando, mis sueños estaban a punto de convertirse en realidad. Hicimos los arreglos necesarios para reunirnos en un restaurante local y ese día tuve el placer de conocer a Bonnie, a su esposo Mike (no el papá Tony) y a Desirae, hermana de Tony. La mayor parte de su mi familia estaban allí y pasamos un tiempo increíble.