Becky – Receptora de Corazon

Becky Mintz pensaba de sí misma como una madre y esposa sana y normal. Es decir, hasta el día en que sufrió un infarto causado por dos coágulos de sangre. Recuerda el miedo y la preocupación en el rostro de su esposo y su hija adolescente cuando se despertó en el hospital para darse cuenta que una bomba implantada en su estómago era todo lo que la mantendría viva. Su vida había cambiado para siempre.

Becky pasó los siguientes meses dentro y fuera del hospital aprendiendo a adaptarse a la vida con un LVAD, o dispositivo de asistencia ventricular izquierdo. El médico de Becky explicó que su corazón dañado tendría que ser reemplazado por uno sano, y finalmente fue añadida en la lista nacional de espera para trasplante de órganos. Ella tendría que esperar por meses, incluso años para recibir un corazón que quizás no llegaría nunca. Pero el destino quiso que pasaran sólo 11 días antes de que un corazón estuviera disponible para Becky.

Ésta es la historia de Becky acerca de como ella conoció a la familia de su donante de órganos, en sus propias palabras.

Me sentía tan nerviosa y emocionada por conocer a la familia de mi donante. Pero estaba preocupada de que se decepcionaran de quien recibió el corazón de su ser querido. Al mismo tiempo, estaba ansiosa por aprender finalmente más sobre la persona cuyo corazón late ahora dentro de mí. El 16 de octubre del 2010, justo una semana antes del aniversario de dos años de mi trasplante de corazón y tan sólo dos semanas después de que me entere que me dieron el corazón de un joven de 18 años de edad.

No sabía qué esperar mientras caminaba en la organización que procura órganos OneLegacy en Los Ángeles. Mi primer instinto cuando me presente, fue de abrazar a la madre de mi donante. Luego hice mi caminata alrededor de la habitación abrazando a los 13 miembros de la familia que se habían reunido para esta ocasión tan especial. El hijo mayor comenzó a mostrar fotos de su hermano, mi donante. Su nombre era Eddie.

La familia compartió varias historias maravillosas con nosotros acerca de Eddie y el tipo de persona era. Él era un hombre joven, pensativo, que trabajó y asistió a la escuela. Él estaba lleno de vida y disfrutaba haciendo aventuras, como jugar a la guerra de paintball, carreras de autos y ciclismo de montaña. Me enteré de que Eddie murió en un accidente de bicicleta haciendo algo que amaba. A través de lágrimas, la madre de Eddie y otros miembros de la familia tomaron turnos escuchando mi corazón con un estetoscopio, sabiendo que una vez esos mismos latidos cardíacos latieron también dentro de alguien a quien amaban entrañablemente.

En un giro del destino, Eddie había tomado la decisión de ser donante apenas unas semanas antes de su accidente, después de asistir al funeral de otro miembro de la familia. El le dijo a su familia que si algo llegara a sucederle a él, que donaran sus órganos para que alguien pudiera vivir.

Aunque todavía no se había registrado oficialmente para ser un donante de órganos, sus deseos expresados, fueron honrados por su familia en el momento de su muerte. Fue una experiencia increíble conocer y aprender sobre Eddie. Ahora nos hemos convertido en amigos. El 30 de abril del 2011, caminé con orgullo en la carrera/caminata Done Vida en honor a mi donante de corazón, Eddie.

Como voluntario de Nevada Donor Network (La Red de Donantes de Nevada) visito escuelas preparatorias locales y hablo a los estudiantes sobre la importancia de la donación de órganos y tejidos. Compartir la historia de Eddie con ellos ayuda a ilustrar la importancia de compartir sus propios deseos y pensamientos acerca de ser un donante de órganos con sus familias.